La cristianísima nación de Polonia, fue pronto campo de cultivo de la semilla esparcida por el Beato Guido de Montepellier.

Apenas transcurridos doce años de la muerte del Fundador (1220) llegaron los primeros religiosos del Espíritu Santo a Polonia.

Procedentes de Viena e invitados por el Obispo de Cracovia fundaron su primer hospital en Pradnik, en las cercanías de Cracovia.

Pero ya en 1224, el Obispo Jean Prandote trasladó el hospital a Cracovia donde los religiosos recibieron la Iglesia de Santa Cruz, el hospital y dos conventos, uno para los Hermanos y otro para las religiosas, así como la Iglesia parroquial de Biskupice, al lado de Wieliezka.

Al compás de las invasiones y vicisitudes sufridas por esta heroica nación en todos los tiempos -alemanes, rusos, prusianos, etc- han sido las padecidas por los hospitales y Casas del Espíritu Santo que abarcaron innumerables campos de acción a favor de los más necesitados.

No obstante, fueron incautados sus bienes, expropiados sus conventos, prohibidas en sus obras de misericordia –exceptuados los asilos para niños deficientes mentales- pero las Hermanas supieron perseverar en su doble misión de ALABANZA y MISERICORDIA y, tras la caída del telón de acero y la libertad de Polonia, han reiniciado su misión caritativa, no circunscrita ya a la propia nación, sino yendo a misiones donde han abierto Casas de acogida y evangelización para los más pobres y necesitados.

Así, en Burundi (África) tienen tres puestos de misión en las ciudades de Gatara, Bujumbura y Buraniro.

Últimamente, han abierto en Ucrania una nueva Casa.

Siguiendo las huellas del Fundador también residen en Roma.